1975: Se Lanzan Bombas Incendiarias a la Casa de la Familia Santiago
Si sigues Market Street, como se ve en esta imagen, hacia el norte, se cruza con North Fourth Street en Feltonville, el barrio donde estaba la casa de Los Santiagos. Imagen de la Sociedad Histórica de Pennsylvania |
En el 1974, Radamés y Ramona Santiago junto a sus cinco hijos se mudaron a una casa en la Calle 4 Norte en el vecindario Feltonville de Filadelfia. La sección del Norte de Filadelfia era un vecindario donde vivían principalmente blancos alemanes católicos. Sin embargo, en las décadas de los 1960 y los 1970, el área experimentó un flujo de residentes puertorriqueños que habían sido echados de los vecindarios latinos más hacia el Centro de la Ciudad a causa de la gentrificación. Durante el año 1975 los residentes blancos intentaron expulsar a la familia Santiago del vecindario. Los vecinos enviaron una petición a la Comisión de Relaciones Humanas de Filadelfia para removerlos que no obtuvo su cometido, y a finales de septiembre de ese año le tiraron una bomba incendiaria al carro de la familia Santiago. Estos esfuerzos se intensificaron en las primeras horas del 5 de octubre, cuando lanzaron una bomba incendiaria por la ventana del frente de la casa de la familia Santiago mientras ellos dormían. Ramona, tres de sus niños y Luis Carrucini, el hijo de un amigo de la familia, murieron en el evento.
Este ataque precipitó una ola de protestas. Aliados de la familia Santiago se reunieron cerca del hogar quemado durante los días después del fuego. El 10 de octubre, miembros de la comunidad puertorriqueña organizaron una demostración que Radamés Santiago describió como un “día de religión y luto”. La protesta comenzó con los manifestantes dándole la vuelta al Independence Hall. Eventualmente una facción más militante del grupo, la cual creía que el evento religioso no hacía énfasis suficiente en el racismo que alimentó el ataque, marchó a la alcaldía, donde pidieron que el Alcalde Frank Rizzo enfrentara la multitud. Más tarde durante ese mes, miembros de la comunidad, el Partido Socialista Puertorriqueño y la Coalición Estudiantil Contra el Racismo de Filadelfia formaron un comité de protesta. El comité planificó un piquete afuera de las oficinas de The Philadelphia Inquirer el 31 de octubre para protestar por la cobertura racista que culpó a la familia Santiago por el ataque.
Hubo informes de que la policía había conseguido una confesión bajo coerción de uno de los hombres que fue inicialmente acusado de tirar la bomba a la casa, Robert Wilkinson, lo cual le restó atención a la familia Santiago durante el juicio. Una investigación por The Philadelphia Inquirer reveló que la fiscalía ocultó una confesión por parte de uno de los vecinos de los Santiago, David McGinnis, y que los interrogadores habían golpeado o amenazado a por lo menos siete personas para hacerles testificar falsamente en contra de Wilkinson. En un nuevo juicio, el juez desestimó los cargos en contra de Wilkinson. El reportaje de The Inquirer además provocó una investigación federal de los oficiales de la policía involucrados en el caso. Durante los siguientes cuatro años seis detectives fueron condenados por violaciones de derechos civiles.
Escrito por Olivia Errico, un estudiante en el programa de Historia de Posgrado en la Universidad Rutgers-Camden.
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Conexión de Historia Oral: "Bueno, la gente siempre dice que hay discriminación... existe aquí. Es una ciudad más grande, donde hay más discriminación racial en términos de vivienda. Sabes que existe. Diferentes sectores donde los puertorriqueños no pueden vivir. Y queman las casas. Te lo diría... que no podía vivir en un lugar, en el área de Kensington o Fishtown, porque quemarían mi hogar. Así que imagínate. ¿Qué tan diferente es en comparación con donde vivo, verdad?" (Grabación 1994-A)