Las Artes y Herencia Cultural Puertorriqueñas en Filadelfia
Johnny Irizarry
Actuación en un evento de festival Puertorriqueño Imagen de la Sociedad Histórica de Pennsylvania |
Igual que en otras ciudades del territorio continental de los Estados Unidos en donde los puertorriqueños establecieron barrios (vecindarios) definidos durante finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, las expresiones artísticas y culturales de la población puertorriqueña en Filadelfia sirvieron como actos de subsistencia, resistencia y resiliencia. La ciudad vió llegar a una gran cantidad de inmigrantes puertorriqueños durante los años 1940 y a lo largo de la década de los años 1970, conforme individuos y familias buscaron oportunidades sociales y económicas más estables. La mayoría de estos inmigrantes puertorriqueños procedían del campo y de la clase obrera. Muchos se enteraron a través de conexiones sociales que en Filadelfia se encontraba una comunidad puertorriqueña en desarrollo que incluía a fabricantes de cigarros, trabajadores industriales, defensores comunitarios y políticos, negocios, clubes culturales y congregaciones religiosas establecidas.
Confrontaron retos como racismo, prejuicios y gentrificación, pero fueron y siguen siendo trabajadores dedicados y decididos a triunfar. Las artes y los programas y eventos culturales se convirtieron en uno de los elementos cruciales en su lucha por la aceptación, sobrevivencia y formas de aportar a sus comunidades y a la ciudad en general. El establecimiento de bares clandestinos, congregaciones religiosas culturalmente específicas, clubes de los diferentes pueblos de origen, asociaciones, bodegas y eventos socioculturales organizados con otros grupos de habla hispana en la ciudad, sirvieron para apoyar al asentamiento puertorriqueño. Con los enclaves puertorriqueños más tempranos en Southwark y su rápido crecimiento hacia Spring Garden y Northern Liberties y la consolidación posterior al este de North Philadelphia y el noreste, el crecimiento poblacional de la comunidad puertorriqueña en la ciudad dió pie a la fusión de un grupo comunitario puertorriqueño permanente en Filadelfia con fuerte impacto e interacción política, económica, artística, cultural y social. Algunos ejemplos de grupos puertorriqueños tempranos que ofrecían eventos culturales incluyen el capítulo local de la Sociedad Republicana de Cubanos y Puertorriqueños (establecida en el 1865), la Capilla Española La Milagrosa (abierta en el 1912 en las calles 19 y Spring Garden, cerrada en 2014), la Primera Iglesia Bautista de Habla Hispana (establecida como iglesia en el 1946), el Comité de Mujeres Puertorriqueñas de Filadelfia, la Unión Cívica Puertorriqueña (que ofrecía programas culturales para fines de los años 1950, entre otros servicios) y la Casa del Carmen (establecida en el 1954) por la Arquidiócesis de Filadelfia.
Conforme la comunidad creció se fueron ampliando sus necesidades en cuanto a programas conectados culturalmente, como la educación bilingüe y los servicios sociales. La comunidad puertorriqueña de Filadelfia creció para convertirse en una poderosa presencia artística y cultural en la ciudad, a pesar de la hiperestratificación comunitaria. Pronto North Philadelphia se vió llena de barras, restaurantes y clubes puertorriqueños. Los patios y sótanos de los casas adosadas sirvieron como escenarios adicionales en los que la música puertorriqueña en vivo llenó el corazón de los amantes del baile, músicos, poetas y miembros de la comunidad que buscaban un refugio cultural en la Filadelfia urbana, un lugar muy distinto a Puerto Rico. En estos eventos la tradición de canto y respuesta, de cantar en grupo con gente trayendo sus instrumentos y uniéndose al grupo para tocar y cantar décimas, plena, bomba, trova o la tradicional parranda navideña, ocurrían espontáneamente. Siempre se esperaba que sucediera una celebración de las tradiciones puertorriqueñas como resultado de cualquier reunión, ya sea planificada o no, en otoño, invierno, primavera o verano.
Joven Puertorriqueño con camisa Aspira Imagen de los archivos de Taller Puertorriqueño |
Un elemento de afianzamiento en el que la comunidad puertorriqueña en Filadelfia ha sido particularmente diligente y exitosa ha sido el establecimiento de esfuerzos comunitarios y de instituciones con base en la comunidad. Hoy a los líderes puertorriqueños se les reconoce por la creación y el desarrollo de instituciones reconocidas a nivel nacional en los ámbitos social, educativo, de desarrollo económico, artístico y cultural. Concilio, fundada en 1962, es una de estas instituciones. Concilio organizó la primera Parada y Festival Puertorriqueño en Filadelfia en el 1963, y el salón de actividades de este grupo social ha sido ampliamente utilizado por la comunidad puertorriqueña para celebrar eventos culturales. ASPIRA de Pensilvania, fundada en 1969, ha incluído programas artísticos y culturales como un elemento medular de las actividades educativas para los jóvenes y para el fortalecimiento comunitario. La mayoría de las organizaciones fundadas por puertorriqueños en Filadelfia históricamente han integrado las artes en los servicios que ofrecen, como en el caso de la Asociación de Puertorriqueños en Marcha (APM, fundada en el 1970), el Congreso de Latinos Unidos (fundado en el 1977) y el Centro Comunitario para Envejecientes de Norris Square, fundado en 1972 por la activista puertorriqueña pionera Carmen Aponte. El Centro para Envejecientes y égida Carmen Aponte en Norris Square rinden homenaje a su legado. Entre otras organizaciones que incluyen las artes y la cultura como un elemento en su misión están el Capítulo de Filadelfia de The Young Lords Party (fundado en el 1971), la Asociación Hispana de Contratistas y Empresas (HACE, fundada en 1981), y Esperanza (fundada en el 1987). Desde su fundación, Esperanza ha crecido para convertirse en una organización de desarrollo de base religiosa, a nivel nacional. Esperanza recientemente abrió nuevas y modernas instalaciones, al expandir significativamente sus espacios profesionales para las artes (teatro, danza, galería-museo), brindando servicio a las crecientes comunidades puertorriqueñas y latinxs, así como a la ciudad en general. En el 1983, la Alianza Puertorriqueña (fundada como un grupo activista de avanzada en el 1979) se convirtió en el Capítulo de Filadelfia del Congreso Nacional de Derechos Puertorriqueños. Durante muchos años organizó la Feria del Niño en Hunting Park, un festival cultural colaborativo dedicado a los niños en la comunidad.
Entre todas las iniciativas y actividades se destacan el primer centro cultural para las artes latinx de Filadelfia, el Taller Puertorriqueño (fundado en el 1974), y la Asociación de Músicos Latinoamericanos (AMLA, fundada en el 1982). Taller y AMLA han establecido un legado de programas y servicios artísticos y culturales-educativos con base en la comunidad que han servido como modelos a nivel nacional. Estos grupos se han convertido en un segmento esencial de la rica diversidad de organizaciones culturales y artísticas de Filadelfia. Jesse Bermúdez, fundador de AMLA, es hiko de un confeccionador de tabacos y músico profesional. Fundó AMLA como una organización para la equidad laboral para defender los intereses artísticos económicos de los músicos puertorriqueños y latinxs de Filadelfia. Muchos de los fundadores puertorriqueños del Taller fueron artistas, escritores, educadores, académicos profesionales y líderes de todas las esferas de recursos profesionales de la comunidad. Eran médicos, trabajadores sociales y líderes políticos. El Director Ejecutivo del Taller, Domingo Negrón, fue un artista de grabado quien pintó el primer mural importante, con temática puertorriqueña/latina, para dar la bienvenida a la gente al Bloque de Oro. La Directora Ejecutiva actual del Taller sirvió como presidenta de la junta directiva mientras trabajaba en su profesión de médico. La dedicación incansable de la Dra. Carmen Febo San Miguel a lo largo de los años logró la apertura de sus modernas instalaciones artísticas multidisciplinarias en la cuadra 2600 de North 5th Street en 2016.
El compromiso de Taller y AMLA con la participación en las artes por la comunidad ha servido como incubadora para un amplio número de grupos artísticos puertorriqueños de todas las disciplinas. Entre los exponentes están grupos de teatro y artes escénicas, como Los Pleneros del Batey. Su líder, Juaquín Rivera, fue un defensor pionero por muchos años de la música tradicional puertorriqueña. El trabajo diario asalariado de Rivera como querido consejero auxiliar en Olney High School apoyaba su otra profesión de tiempo completo, de manera que dedicaba horas incontables como líder cultural puertorriqueño hasta su inesperada muerte en marzo de 2010. Encontramos otros ejemplos en el grupo teatral Los Cuatro Gatos, el colectivo teatral Boricuas En La Luna, La Colectiva y el colectivo artístico Las Gallas (compuesto por las artistas puertorriqueñas Julia López, Magda Martínez y Michelle Ortiz). Otras mujeres artistas de ascendencia puertorriqueña, incluyendo Marangeli Mejia Rabell (también cofundadora de Afro-Taino Productions) y Betsy Casañas (fundadora de SEMILLAS Arts Initiative y A Seed on Diamond Gallery), también sirven como innovadoras artistas transformadoras, educadoras culturales y líderes de la comunidad puertorriqueña en toda la ciudad, así como a nivel nacional e internacional.
Dibujo de la pintura mural de Domingo Negron Imagen de la Sociedad Histórica de Pennsylvania |
Hay muchas figuras legendarias entre los artistas puertorriqueños visuales y callejeros/urbanos/grafiteros en Filadelfia. A nivel internacional, el renombrado pintor Rafael Ferrer estableció su hogar y estudio en Filadelfia por muchos años. Su escultura pública en las calles 4ta y Lehigh, El Gran Teatro de la Luna, fue la primera pieza permanente elaborada por un artista puertorriqueño/latinx en Filadelfia. Pepón Osorio, creador de una pieza pública en el Congreso de Latinos Unidos y recipiente de becas por NEA, MacArthur y Pew, ha hecho de Filadelfia su hogar junto con su esposa, Merián Soto. Soto es una bailarina y coreógrafa altamente reconocida. Ambos son catedráticos titulares en la Temple University. Quiara Alegría Hudes, nacida y criada en Filadelfia, fue finalista del Premio Pulitzer en 2007 y ganadora en 2012 del Premio Pulitzer en la modalidad de Drama por su obra Water by the Spoonful (Agua a Cucharadas). El legendario artista callejero DanOne ha establecido una presencia consistente en la modalidad de grafiti y producción callejera artística puertorriqueña en Filadelfia. La Directora Ejecutiva de Centro Nueva Creación, Maribel Lozada Arzuaga, ha dedicado su vida a la enseñanza y la representación de la danza y expresiones folclóricas tradicionales, muchas veces enseñando sin cobrar si tenía que hacerlo. Hizo esto incluso sin contar con la seguridad económica necesaria. Como una de las fundadoras de Philareyto, se convirtió en un ícono de la comunidad y sirvió como una defensora valiente de las tradiciones folclóricas puertorriqueñas.
La comunidad puertorriqueña de Filadelfia también se identifica con sus locales culturales icónicos, como Centro Musical, una tienda de música y arte en el distrito cultural Centro de Oro de North Philadelphia. Centro Musical, inaugurado a fines de la década de 1960 por la familia González, ha funcionado históricamente como una meca cultural para la música puertorriqueña/latinx. Prácticamente todas las estrellas musicales y grupos puertorriqueños famosos que se presentaran en la ciudad incluían una visita a Centro Musical. Aunque los dueños han cambiando, cualquier persona que visita la tienda se lleva un bonito recuerdo de los muchos artistas puertorriqueños talentosos que han pasado tiempo o trabajado ahí. Es también el único lugar en Philly donde puedes comprar arte original del artista puertorriqueño Danny Torres, quien ha vivido la mayor parte de su vida en North Philadelphia y es conocido por todos en la comunidad, sean o no artistas.
Pioneros puertorriqueños también han dejado huella en los medios de Filadelfia. El Dr. Diego Castellanos ha sido el anfitrión del programa de televisión Puerto Rican Panorama desde el 1970. Se trata de la emisión televisiva de entrevistas de más larga duración con tema puertorriqueño/latinx en una cadena televisiva principal en los Estados Unidos. En cada programa el Dr. Castellanos invita a un grupo o artista puertorriqueño/latinx, ofreciendo para muchos una primera exposición con alcance en toda la región. En el 1977, David Ortiz lanzó su popular programa de radio puertorriqueño/latinx primero en su clase, “El Viaje”, en la emisora local WRTI 90.1 FM en Filadelfia Hoy día los puertorriqueños siguen ocupando puestos de liderazgo en la radio y televisión de habla hispana local. Gilberto González, nacido y criado en Spring Garden por padres puertorriqueños, es un artista visual que ha creado varios documentales acerca de los puertorriqueños en Spring Garden. Actualmente está trabajando en nuevos proyectos fílmicos que, por primera vez, ofrecerán perspectivas personales de los puertorriqueños que viven en Filadelfia. Los puertorriqueños también jugaron un papel pionero en los periódicos en español y bilingües (en español e inglés) como En Focus y La Actualidad (1974). Ambos diarios ya no existen, pero en el 2019 hay varios prósperos periódicos latinxs en la ciudad, como Al Día.
Los amigos se reúnen para jugar dominó Imágenes de los archivos de Taller Puertorriqueño |
Las artes han servido en la comunidad puertorriqueña como una herramienta de expresión y capacitación, con creadores que trabajan en una variedad disciplinas, y artistas cultural y racialmente diversos. Los artistas puertorriqueños y trabajadores culturales crean e interpretan música, cantan, pintan paredes con aerosol y tocan en parques comunitarios, en las calles y en estudios de grabación, y también participan en batallas de rap y grafiti en los sótanos. Cada una de estas expresiones creativas refleja tradiciones artísticas profundamente enraizadas en sus almas. Ya sea en inglés, español o una combinación de ambos idiomas, el Spanglish, las voces artísticas de los creadores generalmente gravitan hacia su orgullo puertorriqueño en sus canciones, poesías o rap. Los jóvenes puertorriqueños en Filadelfia siguen colaborando con otros talentos jóvenes latinxs y de orígenes raciales y étnicos diversos en la ciudad y más allá. Juntos trabajan para expandir su creatividad a través de nuevas formas de expresión, comunicación y exploración, mediante el uso de nuevas herramientas inimaginables para crear arte, sin perder esa humanidad cultural que han heredado como motor global, y que es llega tan natural a los puertorriqueños.
Hoy día los artistas y trabajadores culturales puertorriqueños siguen aportando a la diversidad en rápido crecimiento de las artes y artistas culturales, grupos e iniciativas lantinxs en Filadelfia. Por ejemplo, el bailarín puertorriqueño Héctor Serrano ha creado los populares grupos de danza Grupo Fuego y Caliente, así como un programa de adiestramiento juvenil STEP en North Philly (2003-presente). Estos grupos captan el interés de la juventud puertorriqueña y latinx a través de iniciativas de artes escénicas que integran la música global y el baile que escuchan y disfrutan en la actualidad. Paralelamente, el actor y director puertorriqueño José Avilés ha establecido el Teatro Sol, de manera que ha ampliado la presencia del teatro puertorriqueño y latinx en Filadelfia. Gabriela Sánchez y Erlina Ortiz, cofundadoras de Power Street Theatre Company, han creado una compañía multicultural encabezada por mujeres de color, con artistas invitados que producen, dirigen y protagonizan varias piezas poderosas en el corazón del barrio.
Los puertorriqueños en Filadelfia siguen desempeñando roles significativos en las artes y programas culturales, iniciativas y eventos latinxs en Filadelfia. Las organizaciones nuevas como el Instituto Puertorriqueño de Música / Puerto Rican Institute of Music en North Philadelphia, siguen llenando el vacío existente, proporcionando a los jóvenes puertorriqueños conexiones significativas culturales e históricas con sus raíces. El proyecto Neighbors/Vecinos con HSP y Taller Puertorriqueño le rinde tributo a la resiliencia cultural, la historia, el talento y las significativas aportaciones hechas por los puertorriqueños en Filadelfia. El espíritu creativo inculcado en la gente puertorriqueña en Filadelfia y otras localidades vivirá y siempre continuará creciendo.
Biografía del Autor
Johnny Irizarry actualmente sirve como Director del Centro para la Excelencia Hispana: La Casa Latina, en la Universidad de Pennsylvania. Antes de trabajar en Penn University, Irizarry sirvió como CEO de The Lighthouse, un centro de servicios múltiples con base en la comunidad, y también sirvió como CEO de Taller Puertorriqueño, un centro de las artes y la cultura latina ubicado en North Philadelphia.
Irizarry también trabajó como maestro y fue Especialista del Programa en Estudios Latinos y Puertorriqueños del Distrito Escolar de la Oficina de Apoyo Curricular de Filadelfia. Recibió su bachillerato en bellas artes de la Philadelphia College of Arts, y su maestría en Educación Urbana de Temple University School of Education.